El juicio de un testamento

12/07/2019, Tomás Casal Pita

El juicio de un testamento

Tomás Casal Pita

 

El 24 de junio de 1908, diez años después del final de la Guerra de Cuba, y con el fin de recomponer las relaciones entre la isla y la antigua metrópoli, llegó a La Habana la fragata Nautilus como embajadora de buena voluntad.

Aunque existía bastante temor a como podía ser recibido el barco militar español y sus tripulantes en la antigua colonia, este recibimiento fue, en las dos semanas que permaneció allí, un continuo homenaje.

La intervención norteamericana había marcado un final abrupto de las hostilidades, dejando la sensación de un país roto, como una familia separada sin llegar a despedirse después de una disputa. Por entonces, ya los cubanos empezaban a ser testigos del neocolonialismo con los EEuu. En Cuba habían quedado muchos españoles, muchos de ellos gallegos, (el alcalde de La Habana se apellidaba Freire de Andrade), y otros habían vuelto posteriormente, pero ambas partes se echaban de menos.

Las opiniones de todos los implicados, las fiestas celebradas, la madrina ferrolana de la arribada, los obsequios a los tripulantes y las anécdotas de aquedías de visita y reencuentro, fueron recogidas en el libro España en Cuba. Visita de la Nautilus a la Habana por Casimiro Fernández. La publicación de este libro fue reconocida con el agradecimiento de Alfonso xiii a su autor, que le fue comunicado por una Real Orden, recibida el 30 de septiembre.

Casimiro Fernández, era natural de Valdoviño y poseía en el centro de la Habana una juguetería. A este trabajo comercial, añadía una faceta de poeta y periodista, colaborando con la prensa gallega en la isla. Cuando en junio de 1909, en el centro gallego de la Habana, se reunieron los naturales de Ferrol y su partido (Neda, Serantes, Narón, Valdoviño, San Saturnino y Moeche) para formar la Sociedad Ferrol y su comarca, José Fontela Leal (el gran promotor del himno gallego) y Casimiro Fernández, participaron en la redacción del reglamento.

Esta sociedad no fue una de las más activas, y en pocos años decayó su actividad, siendo mucho más notable en otras, vinculadas a diversas zonas de Galicia. Sin embargo, no se trata aquí de hablar de lo sucedido en Cuba, solo de ponernos en antecedentes para comprender el interés por Galicia en Cuba. Sólo de esta manera puede entenderse que en 1917 se funde una revista Ecos de Galicia, Revista Ilustrada de Información de la Colonia Gallega en Cuba, dirigida a los gallegos de allí, y cuyo contenido está referido a ambos lados del Atlántico. Casi veinte años después de la guerra, seguían habiendo interés por Galicia en Cuba.

Al año siguiente de su fundación, en fecha tan señalada como es el 25 de julio, día de Galicia, se publica el número 55 de esta revista, con una sorprendente noticia referida a Cobas:

Se vió en la Audiencia (de la Coruña) una causa instruida en Ferrol contra D. Jesús Pita, D. Demetrio Franco, D. Benjamín y D. Benito Alvariño, D. Juan Bautista Rey, Romana Castro, doña Jesusa López y don Cipriano Loureiro, sobre supuesta falsedad en documento público.

Se trataba de que encontrándose gravemente enferma en San Martín de Cobas el 25 de Febrero de 1917 la anciana doña Pastora del Río López, mostró deseos de hacer testamento, y mientras se buscaba un notario, la enferma que se sentía morir, dictó su última voluntad ante testigos, quienes levantaron un acta de estas disposiciones que ni servían, ni beneficiaban a los legatarios, pues la ley les favorece más.

No sabemos el número de naturales de Cobas que pudiese haber en la Habana, pero no era ese el interés del periodista. Ocho personas llevadas a juicio por presunto fraude en un testamento era una jugosa noticia, fuese de dónde fuese.

Todo había empezado casi un año y medio antes, cuándo en febrero de 1917 muere la señora Pastora. La primera noticia en la prensa aparece en El Correo Gallego, periódico que por aquel entonces se editaba en Ferrol, de fecha tres de marzo y que decía así:

DESDE COBAS – Dª. Pastora del Río. Su entierro.

Verificóse el martes último la inhumación de los restos mortales de la apreciable convecina Dª. Pastora del Río López, que en vida fue la más pudiente de esta parroquia. La prueba de que disfrutaba de muchas y merecidas simpatías han sido los centenares de personas que concurrieron al sepelio, no sólo de Cobas, sino también de todas las aldeas inmediatas, que la acompañaron hasta la última morada y asistieron a los funerales.

Estos se celebraron en el templo parroquial y fueros muy solemnes, como pocas veces se recuerda en esta aldea. Asistieran once señores sacerdotes, en su mayor parte párrocos de las aldeas limítrofes. El entierro fué de primera clase. Estaba la Iglesia adornada con gran severidad, facilitando todo lo que hizo falta la Sra. Viuda de Veiga. El cadáver de Dª. Pastora del Río, cumpliendo su última voluntad, fué amortajado con el hábito de la Virgen de los Dolores, y el ataúd era completamente liso.

El citado día se distribuyeron mil pesetas entre los pobres según lo tenía dispuesto la finada. Han sido varios los legados que hizo de sus bienes, distribuyéndolos entre varias personas. Dejé uno de 500 pesetas para reparaciones del templo parroquial y 50 para la construcción de un altar en el mismo, donde se coloca la efigie de San Antonio. El cadáver recibió sepultura en terreno de su propiedad. Con la muerte de dicha señora los pobres han perdido una gran protectora. No llegó ninguno a la puerta de su domicilio que no fuera socorrido. Descanse en paz la que vivió de una manera bien cristiana.

Sin lugar a dudas, la buena señora debía de ser pudiente, a la vista de las cantidades donadas tanto a los pobres como a la iglesia. En su partida de defunción dice que tenía 78 años de edad al momento de su muerte (según el vecino que dio parte de su defunción al juzgado), producida las siete de la tarde del 25/02/1917, a consecuencia de un enfisema pulmonar. Estaba soltera y era natural de Cobas, al igual que lo habían sido sus padres: D. Pastor del Río y Dª. Ascensión López.

La edad exacta de la fallecida no está clara. En el censo de habitantes del Ayuntamiento de Serantes de 1898, figura anotada erróneamente como de 14 años. En el padrón de habitantes del año siguiente le anotan 56, figurando como nacida en 1843 y el padrón de 1917, año en el que murió, figura como nacida en 1841.

Por la esquela publicada con motivo de la muerte de su hermano D. Ramón, veinte años antes, sabemos que tuvo además otra hermana, Dª. Jesusa, y que no tenía sobrinos.

Este D. Ramón, era el presbítero de Cobas, y hacía años que se encontraba “ciego y afectado de grave padecimiento”. Murió al día siguiente de llegar a Lourdes, a cuyo santuario había acudido en peregrinación, acompañado de su hermana. Parece normal para la época que el cadáver no se retornase y fuese enterrado en Lourdes, como así fue. Pero la hermana, que tuvo que dejarle allí, no le olvidó y el 14 de enero de 1904, El Correo Gallego publicaba esta nota:

En cumplimiento de la voluntad expresa del Sr. D. Ramón del Río y López, presbítero, que falleció en Lourdes cuando la peregrinación de Galicia, hace siete años, su hermana Dª. Pastora, vecina de Cobas, dispuso por medio de su poderdante que los restos mortales de dicho señor fuesen trasladados da la sepultura común á otra imperpetuum de su propiedad, adquirida recientemente en el Cementerio católico de Lourdes y en sitio de preferencia. Con arreglo á lo que dispone la ley francesa en estos casos, el día 8 del actual se verificó la traslación de los restos mortales á presencia de un sacerdote, del señor comisario de policía, del poderdante Sr. Saura, del señor Casaux Troubat, de pompas fúnebres y peones del citado Cementerio. Según las cartas que referían de la ceremonia, el cuerpo está algo aplastado y seco y la sotana intacta, todo sin olor, por lo que no fue necesario desinfección.

Antes de partir para Lourdes, ambos hermanos tuvieron la precaución de hacer testamento. El último sábado de febrero de 1897, el notario Cándido Conde Fernández1 había acudido a Cobas para redactar ambos documentos (y un tercero que no viene al caso). Allí, en el lugar de Aldea, en la casa número tres, procedió a dar fe de las voluntades de ambos. Eran documentos abiertos y simples: Dª. Pastora manifestaba tener 52 años (nacida en 1845) y su hermano 50, y ambos se manifestaban hijos legítimos de D. Pastor del Río (segundo apellido ilegible) y de Dª. Asunción López Grandal, de religión católica, apostólica y romana, que dejaban los asuntos de entierros, funerales, etc… a criterio de su albacea y a continuación nombraban albacea y heredero universal, cada uno a su hermano. De esta forma, Dª Pastora había heredado de su hermano y como albacea que era de él, y posiblemente siguiendo su petición, había arreglado la cuestión de la sepultura de su hermano en Lourdes.

Vistos estos antecedentes familiares, volvemos al asunto de la muerte de Dª Pastora, donde por el momento no hay nada de particular en el caso, y habrá que esperar unos días más para que la prensa nos informe del asunto del testamento:

El Correo Gallego (16/03/1917) En el Juzgado de instrucción. Una querella criminal

¿Se trata de un testamento falso?

El día 25 del mes último, y en las primeras horas de la noche, falleció en San Martín de Cobas (Serantes), la rica propietaria de aquella parroquia Dª. Pastora del Río López, de setenta y pico de años de edad y de estado soltera.

Decíase que no tenía herederos forzosos y que antes de agravarse en la dolencia que le llevó al sepulcro, no otorgara testamento alguno, ante Notario, de su cuantiosa herencia. Esta se calcula en unos 50.000 duros, en fincas rústicas y urbanas, no solo en Cobas, sino también en otras parroquias de este partido judicial. Hace unos años, tenía a su servicio a una doméstica que era quien llevaba la dirección en muchas cosas de la casa porque el estado de salud de Dª. Pastora, no le permitía hacerlo. El mismo día de ocurrir la defunción, apareció un testamento privado, o extendido en un pliego de papel de los llamados de barba. Lo firmaban como testigos presenciales, cinco conocidos vecinos de la referida parroquia.

Por aquel documento, se hacen varios legados de la herencia, a lejanos parientes de la familia y a otras personas. A partir del mencionado día, corrió el rumor de que el referido documento era falso y que cuando se hizo, doña Pastora del Rio López se encontraba moribunda y sin las condiciones necesarias para otorgarlo. Estos rumores llegaron a tornar tal revuelo y se hicieron tan ostensibles que para dilucidar si es o no cierto lo que se imputa a los cinco testigos, han llegado a entender en dicho asunto los Tribunales de Justicia.

En nombre de D. Pastor del Río, primo carnal de la muerta, se presentó una querella criminal en el Juzgado de instrucción de este partido. Ayer a las diez de la mañana el juez Sr. Fraile, se constituyó en el juzgado para empezar a incoar las primeras diligencias, no levantando mano hasta las siete de la noche. Los primeros que comparecieron ante dicha autoridad, han sido el cura párroco de Cobas D. Eduardo Gayoso González y el médico titular del término municipal de Serantes don Eduardo Porto. Según se dice, éstos manifestaron que cuando se otorgó el testamento impugnado, Dª. Pastora del Rio no estaba en posesión de sus facultades mentales.

Desde por la mañana también se encontraban esperando en estrados, los cinco vecinos de Cobas que firman como testigos y otras personas de la propia parroquia. Dada la impenetrabilidad que en este escabroso asunto observa el Juzgado, pocos son los datos que hemos podido obtener. Se sabe que no fue sólo el testamento firmado el que se otorgó, si no que fueron tres sucesivamente y modificados. Por consecuencia de ello el Juzgado procedió con su celo digno de elogios, a dilucidar debidamente lo que se denuncia. Prestaron declaración los cinco testigos y otros convecinos suyos. Parece que se confesaron autores de la falsedad del testamento.

En las últimas horas de tarde el juez decretó la prisión de los testigos y de otro vecino a quién se considera como coautor. Ingresaron en la cárcel en las primeras horas de la noche, siendo el último incomunicado. También están encarcelados los primos de una mujer vecina de Cobas y de otra de la Graña, como supuestos coautores del hecho. Por hoy nos abstenemos de hablar más da este asusto, el cual seguramente dará mucho juego.

Naturalmente resulta del todo lógico que quién presente la demanda sea el primo carnal de la difunta. Esta no tenía descendientes ni ascendientes, así que los posibles herederos serían los colaterales más próximos. El primo en cuestión (y más si los había), que se veía heredando los cuantiosos capitales, se encuentra que de un día para otro unos vecinos le arrebatan la herencia que ya consideraba suya, así que denuncia el hecho ante la justicia. La prensa también saca tajada del asunto y no cesa de informar y de inventar, puesto que se hace eco de rumores propagados por quienes no estaban al tanto del asunto.

Una querella criminal - Testamento falso

El Juzgado de Instrucción no levanta mano en el proceso que desde anteayer empezó a incoar con motivo de la querella criminal presentada por D. Pastor del Río, contra unos vecinos de la parroquia de San Martín de Cobas a quienes se atribuye la falsedad de un testamento privado, otorgado por Dª. Pastora del Río López, que falleció el día 25 de Febrero último. Ingresaron en la cárcel una vecina de la Graña, parienta de la finada, y la criada que hace años prestaba servicios a ésta. La primera, después de comparecer ante el Juzgado, quedó en libertad provisional, sin fianza. La otra continúa en la prisión, incomunicada. El coautor, y que se dice que fué el que desempeñó todos los trabajos del testamento, también sigue incomunicado. Al conocerse públicamente el hecho, ha causado gran sorpresa en la opinión, por las circunstancias que en él concurren y la índole de las personas que directa e indirectamente intervinieron en la falsedad.

Quedan ahora presas por este suceso siete personas, o sean los cinco testigos que firmaron el documento, otro como coautor y la doméstica de la casa en que ocurrió el fallecimiento. Se cuentan de público escenas macabras, de los últimos momentos de la muerta, entre ésta y las personas que había dentro del domicilio, que eran varias. A los detenidos se las persigue por falsedad en documento público, caso previsto en el artículo 315 del Código Penal. Según parece, el testamento que está unido al proceso fué redactado dos días después de haber ocurrido el fallecimiento de doña Pastora del Río y se hizo en el domicilio de uno de los coautores.

Al parecer, después de ocurrir la defunción, se hicieron tres documentos análogos, siendo el último el que se presentaba al juzgado para corroborar. Uno de los testigos, que se dice presencial del otorgamiento y lo firma, se nombró a sí mismo contador para la distribución de la herencia. A medida que el juzgado viene instruyendo diligencias, se descubren cada vez más detalles muy curiosos de este importante proceso.

Hasta el momento presente todas las noticias proceden de El Correo Gallego, periódico editado en Ferrol y que se hace eco de las noticias por proximidad. Aún no había trascendido al exterior el caso y sus circunstancias. El domingo, día 18 de marzo continúa informando:

Ya tiene un buen número de folios el proceso que se Instruye en este Juzgado de instrucción, con motivo del testamento falso que se atribuye a unos vecinos de Cobas al ocurrir el fallecimiento de la rica propietaria de, aquella parroquia Dª. Pastora del Rio López. Se actuó ayer durante la mañana. Después de las doce, el juez dictó auto de libertad, sin fianza, a favor de los cinco testigos que firmaron el documento y estaban presos desde el día 15, quedando sujetos al proceso por falsedad en documento público y con la obligación de presentarse ante el Juzgado los días 1° y 15 de cada mes. Quedan por ahora en prisión e incomunicados, uno de los coautores y la criada de la casa de la finada, contra quienes, aparecen las mayores culpas del delito que se persigue. Hoy por la mañana se trasladará a la parroquia de Cobas el Juzgado, con los abogados y procuradores, a fin de practicar unas diligencias.

Han de pasar aún tres días para que empiecen a conocerse nombres referentes al caso, puesto que desde la primera noticia, la prensa ha ido hablando de vecinos, parientes, criada… pero de forma bastante genérica. Llegado el miércoles día 21, El Correo Gallego nos dice:

En la tarde de ayer y previa fianza personal de veinte mil pesetas salió en libertad provisional la doméstica que hace años prestaba servicio a la finada, Ramona Castro Fernández, de 64 años de edad, natural de Neda.

Era la única que faltaba por estar fuera de prisión, de las ocho personas que hay comprometidas en este suceso.

El jornal que se le puso a la mujer que encargó el juzgado de cuidar la planta baja de la casa y el ganado que allí existe es el de treinta reales diarios y no de seis como por equivocación ayer se dijo.

Ya hay un nombre, alguien a quién se pueda culpar de algo, (si es inocente o no, ya lo determinará luego el juez) y empezamos por la criada. Si la finada era una anciana, para los parámetros de la época, la criada se aproxima también. Pero sin duda debe de tratarse de una mujer peligrosísima y capaz de cualquier cosa; sólo así se explica que mientras los demás hayan salido en libertad sin fianza, a ella se le imponga una de veinte mil pesetas.

Un número redondo, sin duda. Podemos compararlo con las 500 pesetas que su difunta señora dejó para reparar el templo parroquial, o las cincuenta para levantar un altar en el mismo donde colocar la efigie de San Antonio, o con los treinta reales diarios que cobrará la mujer nombrada por el juzgado por hacer el trabajo que ella hacía. A fin de cuentas, si ella tenía ese sueldo diario, tardaría más de 150 años en juntar el dinero de la fianza. La intención del juez de mantenerla en la cárcel quedó manifiesta. El periodista, posiblemente siguiendo los dictados de la época, también hace su parte discriminatoria. Sólo se da el nombre de esta mujer, todos los demás implicados permanecen en el anonimato, y así seguirán hasta el juicio.

Días después, el dos de abril, diversas autoridades y expertos en la materia, llegaron a la casa de la difunta, en Cobas, para tasar el ganado y las aves que en ella había. El día 12, el juzgado llama a presentarse a quienes se consideren con derecho a la herencia, en “autos de prevención de abintestato”, es decir, por si no hay testamento. Pero el proceso contra los demandados por el supuesto falso testamento sigue adelante. El día 25 de abril un oficial habilitado procede en Cobas al embargo de bienes de los demandados, aunque ese día sólo pudo hacerlo con dos de ellos.

El quince de mayo, Ramona Castro vuelve a ingresar en la cárcel. Su fiador había sido D. Pastor Malde, de Mandiá, que retiró la fianza, según la prensa “por creerlo así conveniente”. ¿Quién era Pastor Malde? Obviamente alguien que disponía de 20.000 ptas. para ponerlas de fianza, y que seguramente obtendría rentabilidad por ello. Además de esto era “propietario”, alguien que siguiendo la terminología de la época, disponía de recursos suficientes para vivir sin necesidad de trabajar y se dedicaba a otras cosas más a su gusto.

Hijo de un antiguo alcalde de Serantes, era o había sido, presidente del Centro Campesino de Cultura de Cobas y estaba emparentado por matrimonio con los Moreno Bermúdez de la Casa del Monte, antiguos señores jurisdiccionales de la zona y descendientes de la casa de Mandiá.

Una semana después, Ramona volvía a salir de la cárcel en libertad provisional, esta vez teniendo como fiador a D. Aquilino Rodríguez Montero. El nuevo fiador, también era vecino de Mandiá donde, desde 1904 y en el Alto de Las Salgueiras, tenía un local de bailes de nombre “La Bailadora”, aunque la zona ya se llamaba así con anterioridad. En sus propiedades en la zona instaló en 1905 una parada de sementales caballar y asnal, cediendo en 1910 la ocupación de un terreno de unos 24 ferrados para la celebración de una feria el día 27 de cada mes. El uso del terreno estaña limitado únicamente a los días de feria, de la cual, la última noticia conocida en prensa es de diciembre de 1911, pero a través de testimonios personales sabemos que llegó, al menos, a los años 30.

Ramona Castro saldría finalmente en libertad provisional, sin fianza, en el mes de julio de 1917. Ese mismo mes, el notario Cándido Conde extiende copia del testamento de 1897, por mandato del juzgado de 1ª instancia de Ferrol por dependencia del expediente de declaración de herederos.

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Hasta aquí los datos publicados en la prensa en esos tres primeros meses posteriores al fallecimiento de Dª. Pastora del Rio. Nadie que estuviese atento al proceso sabría de él más que el nombre y las circunstancias de la criada. Habría que esperar un año para que se celebrase el juicio y con él, el nombre de los procesados y su sentencia. El Correo Gallego del 26 de mayo de 1918 incluía la siguiente nota:

Juicio por jurados.

Anteayer se celebró en la Audiencia un juicio por jurados para ver y fallar

una causa procedente del juzgado de este partido.

El fiscal acusaba a los procesados Demetrio Franco Paleo, Benjamín y Benito Alvariño Saavedra, Juan Bautista Rey, Ramona Castro Fernández, Cipriano Loureiro Llanos, Jesusa López González y Jesús Pita Alvariño, de que el día 25 del mes de Febrero de 1917, aprovechándose de que falleció casi repentinamente la anciana de 76 años de edad Dª. Pastora del Río López en una casa de San Martin de Cobas, puestos de acuerdo hicieron un testamento falso que fué presentado por la Jesusa López González en el Juzgado de primera instancia de Ferrol para que lo corroborase como otorgado el día 25 citado.

El fiscal pedía para cada uno de los procesados la pena de ocho años y un día de presidio mayor y multas de quinientas pesetas. Los defendió el Sr. ozores de Prado y fueron absueltos libremente.

 

Conocidos los nombres de los implicados en el caso, veamos lo que se ha podido averiguar de ellos.

—Demetrio Franco Paleo. Las únicas veces que su nombre aparece en la prensa son en relación con este proceso. Aparece de nuevo en septiembre de 1936, cuando se publica la relación de “Suscripciones y donativos de la Parroquia de San Martín de Cobas”. No ha sido posible conocer nada más acerca de él.

 

—Benjamín y Benito Alvariño Saavedra. Al igual que sucede con Pastora López, las fechas de nacimiento de ambos, en los padrones y censos, tienen una cierta variación. Aún así, sabemos que Benjamín era unos 11 años mayor. En el censo de 1898, figura como nacido en 1881 y su hermano en 1892. Eran hijos de Ricardo Alvariño Valerio y Josefa Saavedra Grandal (tenían más hermanos y hermanas), del lugar de Pedreira.

En 1907 la prensa anuncia la próxima boda del “laborioso joven” Benjamín Alvariño Saavedra con Angelita Saavedra Alvariño en Serantes ante el párroco de S. Martín de Cobas. En 1909 entra como vocal en la junta directiva de la “unión Campesina de S. Martín de Cobas”. Según el padrón de 1917, vivía en casa de su suegro en Soagraña y tenía por entonces tres hijos de 9, 7 y 6 años respectivamente. En 1922, paga la fiesta de S. José en Cobas, y también aparece en los donativos hechos en Cobas en 1936.

Benito, en el censo de 1917, figura como nacido 1888. En 1909, figura como redimido del servicio militar por la fundación Amboage y al igual que su hermano, figura en los donativos de Cobas en 1936. Ambos hermanos estuvieron, como nos dice la prensa, en el llamado “Banquete de Cobas de 1911” (véanse revistas Columba nº 3, 6 y 18), pero resulta muy dudoso que por su edad (34 y 23 años aproximadamente) sean los personajes identificados en la foto, si es que realmente llegaron a posar para ella.

 

—Juan Bautista Rey. Este personaje no aparece en el banquete de Cobas, pero puede ser el nudo que enlace a muchas de las personas involucradas en esta historia. Veamos parte de ella. Según el censo de 1917, había nacido en 1860, y estaba censado en el lugar de Rajón.

En Julio de 1903, en reunión celebrada en su casa (Lugar de Aldea, nº 10), se procede a constituir la “Sociedad Ganadera de Socorros Mutuos de Cobas- Ferrol”, de la que él figura como presidente. En enero de 1904 se constituye el Comité Republicano de San Martín de Cobas, donde también figura como presidente después de obtener 63 votos a favor. En febrero de 1909, también es elegido presidente de la nueva directiva de la “unión Campesina” de Cobas (la entidad ya existía antes) y en la misma figura como vocal Benito Alvariño Saavedra. En mayo de ese mismo año se le declara como incapaz para ser concejal en el Ayuntamiento de Serantes por falta de las “condiciones legales para ejercerlo”, declaración que es anulada por una Real Orden al mes siguiente.

Dejando al lado algunos otros asuntos judiciales que tuvo, cobra especial interés un acuerdo de 1915 con el Ayuntamiento de Serantes para la permuta de dos caminos intransitables a cambio de un terreno para la apertura de un camino nuevo. Contra este acuerdo presentó una reclamación ante la Diputación Pastor Malde (véase la foto del banquete) que debió de ser estimada puesto que posteriormente, Juan Bautista Rey construyó el camino sobre un terreno de su propiedad. Este tenía 24 metros de largo por cuatro de ancho, e iba desde la Cruz de Roque a la carretera de Cobas. Lo ofreció al ayuntamiento a cambio de dos trozos de camino en mal estado, de distinta longitud y que serpenteaban para hacer el mismo recorrido.

Esta posible permuta estaba en exposición pública en mayo de 1917, cuando Pastor Malde retira la fianza de Ramona Castro. Seguramente la razón alegada de “creerlo conveniente”, estaba muy relacionada con la presencia en el caso de Juan Bautista Rey, del mismo modo que el nuevo fiador, Aquilino Rodríguez, también estaba en el caso por conocerle de antiguo. Juan Bautista Rey era uno de los dos organizadores iniciales de la feria de la Bailadora, en los terrenos cedidos por este último fiador.

Era propietario de un horno de pan en el lugar de Rajón, que tenía alquilado y ardió en junio de 1918. El horno estaba asegurado y los daños, por valor de 3.000 pesetas, le fueron pagados ese mismo mes. El Sr. Rey moriría al año siguiente, en el verano de 1919, siendo todavía concejal de Serantes.

 

—Ramona Castro Fernández. Era la criada de la difunta, todo lo conocido acerca de ella, ya está dicho.

 

—Jesusa López González. Según el padrón de habitantes de 1871, vivía en la Graña y había nacido en 1865. Era hija de Andrés López Otero, médico nacido en Cobas y ya viudo en esa época. En 1899 sabemos que estaba soltera y vivía con su hermana mayor, viuda con cuatro hijos, y una cuñada de esta. Debemos suponer que Jesusa era la prima, por parte de madre, a la que se refería la prensa.

 

—Jesús Pita Alvariño. Profesor de 1ª enseñanza, nacido en 1865 en Cobas. Estando viudo y con un hijo, volvió a casarse en segundas nupcias y tuvo más descendencia. Según el padrón de 1898, vivía en la calle San Carlos, nº 19, 1º piso. En julio de 1897 salió elegido vocal de la junta local del Partido Republicano. Por la esquela de su segundo suegro, sabemos que en 1916 ya no ejercía de maestro y que posiblemente viviese en Cobas, al menos de forma temporal. Figura como unos de los donantes de 1936 en Cobas.

 

Cipriano Loureiro Llanos. La única referencia conocida a este hombre es su absolución en el juicio.

Hasta aquí lo que hemos podido conocer de los acusados y sus circunstancias personales. Veamos ahora como terminaba aquel artículo publicado en La Habana:

Practicadas las pruebas y después del informe del teniente fiscal Sr. Docabo, pronunció otro muy elocuente y con profundo dominio de la materia jurídica, el defensor Sr. ozores de Prado. El jurado conformándose en un todo con lo propuesto por el Sr. ozores en su notable defensa, dictó veredicto de inculpabilidad una vez que el presidente Sr. Prendes y Suárez de Quirós, hubo pronunciado un resumen breve e imparcial. La sala en virtud del fallo del jurado dictó sentencia absolutoria para los procesados. El Sr. ozores fue en justicia felicitado por el brillante éxito obtenido.

Realmente, la publicación efectuada en Cuba, es una copia literal del artículo que publicó La Voz de Galicia al día siguiente del juicio. Aunque ambos periódicos transmiten la libre absolución de los acusados, el enfoque es distinto. Para La Voz de Galicia, ante la ausencia de un notario, recogieron la última voluntad de la finada, de la que fueron testigos, y tomaron nota de ella para hacerla llegar a los tribunales, siendo juzgados por ello. Para El Correo Gallego, viendo que la mujer se moría, hicieron un testamento falso y pretendieron hacerlo pasar por bueno.

Hasta aquí, lo que ha sido posible conocer a través de la prensa y los diversos archivos. Sin embargo, más allá de la absolución de los encausados, no sabemos más del caso y quedan preguntas sin respuesta. En un intento de aclarar lo sucedido, se ha buscado la causa judicial y la sentencia de este juicio. Lamentablemente la causa no se conserva, tan sólo la sentencia, conservada en el Archivo del Reino de Galicia y que tampoco aclara mucho. De ella se ha extraído el siguiente resumen:

—Jesusa López Alvariño (la prensa cambió el segundo apellido por González) de 49 años, soltera, hija de Andrés y de Jesusa.

—Demetrio Franco Paleo, hijo de Manuel y de Josefa, casado con Consuelo Ramos, de 45 años y labrador de profesión.

—Benjamin Alvariño Saavedra, hijo de Ricardo y de Josefa, casado con Angela Saavedra, de 33 años y labrador de profesión.

—Juan Bautista Rey, hijo de padres desconocidos, de 51 años, viudo y propietario.

—Ramona Castro Fernández, hija de Antonio y de Antonia, de 64 años de edad, soltera y sirvienta de profesión.

—Benito Alvariño Saavedra, hijo de Ricardo y de Josefa, casado con Carmen Rodríguez, de 28 años y labrador de profesión (la edad no coincide con lo registrado en ningún censo o padrón).

—Cipriano Loureiro Llanos, hijo de Antonio y Petra, de 62 años, soltero y jornalero de profesión.

—Jesús Pita Alvariño, hijo de José y de Perfecta, de 59 años, casado con Angela Blanco, maestro particular de primera (enseñanza), natural y vecino de La Graña y los demás naturales y vecinos de San Martín de Cobas, en el Partido de Ferrol, todos con instrucción y sin antecedentes penales, representados por el procurador José Antonio Valenzuela Ulloa, habiendo sido ponente el magistrado D. José María de la Torre. Los jurados han deliberado sobre las preguntas sometidas a su resolución y bajo el juramento que han prestado declaran solemnemente lo siguiente:

A la 1ª pregunta (una para cada acusado), xxx xxx xxx (aquí colocan el nombre de cada uno de los acusados) ¿es culpable de asociado con otros haber extendido en papel simple el día veinticinco de febrero de mil novecientos diecisiete en que se hace constar manifestaciones de última voluntad que se dice hechas por Dª Pastora del Río, siendo así que tales manifestaciones no hizo ni en la fecha que se dice ni en otra alguna?

El jurado responde “No” para cada una de las ocho preguntas, referidas a los ocho acusados.

Considerando: que siendo de inculpabilidad el veredicto pronunciado por el jurado, procede dictar sentencia absolutoria con declaración de las costas de oficio.

 

Esto es lo manifestado por la sentencia: libres sin cargos, no son culpables de hacer constar manifestaciones de última voluntad de Pastora del Río. Ni una sola referencia más a esas últimas voluntades o testamento, por lo que hay que preguntarse si este se da entonces por válido o no, cuestión que no parece quedar aclarada.

A la vista de esto, se ha consultado el registro de últimas voluntades del Mº. de Justicia donde sólo figura el testamento fechado en febrero de 1897. Resulta lógico que, partiendo ese año con su hermano hacia Lourdes, quisiese dejar los asuntos terrenales atados pero también que, veinte años después de la muerte de su heredero, y viendo la suya de cerca, quisiese repartir sus posesiones.

Sin embargo, no se ha podido conocer más pormenores del asunto, y no hemos podido localizar datos acerca de la declaración de herederos. Poco más podemos decir que aquél artículo publicado en Cuba en 1918. Tal vez en un próximo número de Columba, alguien quiera aportar algo más de información acerca de esta noticia.

 

Bibliografía Citada

—ARCHIVO DEL ILUSTRE COLEGIO DE NOTARIOS DE GALICIA. Protocolos Notariales de D. Cándido Conde Fernández. Ferrol. Año 1897.

—ARCHIVO MUNICIPAL DE FERROL Padrón municipal del Ayuntamiento de Ferrol de 1871 (P-18) - Censo de habitantes del municipio de Serantes de 1898 (P-209) - Padrón de habitantes del municipio de Serantes de 1899 (P-211) - Padrón de habitantes del municipio de Serantes de 1917 (P-77).

—ARCHIVO DEL REINO DE GALICIA Libro de sentencias de la Sala de lo Criminal y las del Jurado. Año 1918. Tomo 1. Sentencia nº 123 duplicado. (Sin número de signatura en el momento de la consulta).

—CASAL PITA T. (2018) “La Carretera de Ferrol a Cobas”. Columba Revista Cultural Nº 18, Pág. 68-86.

—DIARIO DE GALICIA: Periódico de la mañana, telegráfico, noticiero y de información general. (Santiago). Consultado en: http://biblioteca.galiciana.gal

—ECOS DE GALICIA, Revista Ilustrada de Información de la Colonia Gallega en Cuba. Nº 25 (25/07/1918). Pág. 29.

—EL COMPOSTELANO. Diario independiente. Consultado en: http://biblioteca.galiciana.gal

—EL CORREO GALLEGO. Diario político de la mañana (Ferrol). Consultado en: http://biblioteca.galiciana.gal

—EL ECO DE GALICIA: diario católico é independiente. (La Coruña). Consultado en: http://biblioteca.galiciana.gal

—EL IDEAL GALLEGO: diario católico, regionalista e independiente (La Coruña). Consultado en: http://biblioteca.galiciana.gal

—FRAGA-AGRAS, N. (2002) “Desde Cobas (1911). A pequena historia dunha vella foto.” Columba Revista Cultural Nº 3, Pág. 41-44.

—LA VOZ DE GALiCiA consultada en: https://www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/

—MINISTERIO DE JUSTICIA. Registro de los actos de última voluntad. Madrid.

—LÓPEZ HERMIDA J. (2006) “Carretera de Ferrol a Cobas”. Columba Revista Cultural Nº 6, Pág. 36-42.

—REGISTRO CIVIL DE FERROL Partida de defunción de Dª. Pastora del Rio López.

 

Nota

1. Cándido Conde Fernández, era en esas fechas prácticamente un recién llegado a Ferrol, puesto que había ganado la plaza tan sólo un año y medio antes. Nacido en 1850, con anterioridad a lograr la plaza de notario, había colaborado en el bufete de Luciano Puga Blanco, jurista y político, famoso por la defensa de Curros Enríquez. Ejerció de notario en Ferrol hasta su muerte en 1933, siendo entonces decano del Colegio de Notarios de A Coruña. Estuvo casado con Manuela Pumpido Puga, su hijo Cándido Conde Pumpido, unió los dos apellidos y dio lugar a una larga saga de juristas que continúa en la actualidad.

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