Las bufardas

25/02/2015, Santiago Sánchez de Toca Acebal

Para la denominación de bufarda el diccionario presenta varias definiciones:

  • Tragaluz, tronera o agujero hecho en la pared de una edificación para dar luz o ventilación.
  • Ventanillo o ventana muy pequeña que permite iluminación y aireación.
  • Ventana que se levanta por encima del tejado de una casa, con su correspondiente estructura y caballete recubierto bien de tejas o pizarras. Sirve para dar luz a los desvanes, así como para, a través de ella, poder salir al tejado.

Según Manuel Caamaño Suarez, “a bufarda” consiste en una simple abertura realizada en el muro de una construcción, que toma posición vertical u horizontal (en algunos casos puede ser redondeada), enmarcada por dos cuidadas piezas de granito. Siendo su función la de dar ventilación a espacios destinados a cuadras, bodegas o almacenes, que en algunas ocasiones se tapan con fachucos de palla.

Es un elemento muy frecuente en las casas labriegas para dar ventilación a las cuadras. La bufarda es una solución menos costosa que las ventanas, pues no suelen llevar elementos de madera o cristal, dando iluminación en el interior de la construcción a través de ellas.

Mayoritariamente se sitúan en la planta baja de la construcción, dando una mayor seguridad a la vivienda, aunque pueden estar construidas a otros niveles o alturas, incluso estar a ras de suelo en desvanes (fallados o sobrados) por donde aportan luz y ventilación a los mismos.

Generalmente suelen tener forma rectangular, tomando posición vertical u horizontal, y su construcción varía desde las más rudimentarias a las muy elaboradas. A veces, se trata de una simple ranura Los materiales con los que se solucionan son variados, según las zonas: granito, esquistos, pizarras e incluso, en algún caso, madera. Aunque generalmente se suelen realizar con piedras bien elaboradas de granito.

 

Ilustración nº 1. Tipologías más comunes de bufardas

 

Las medidas del hueco útil varían mucho, teniendo normalmente una anchura comprendida entre 10 y 20 cm, y una longitud entre 35 y 60 cm. Cuando su anchura es más amplia suele colocarse en el centro una barra de hierro para impedir el acceso a través de ella.

Normalmente presentan un ligero abocinado en la cara exterior y otro más amplio en las zonas laterales e inferior de su interior a fin de facilitar una mayor iluminación.

 

Ilustración nº 2. Tipologías más comunes de bufardas (continuación)

 

Las bufardas responden generalmente a dos tipos:

  1. Bufardas verticales, que suelen estar realizadas por cuatro piezas, dos para los laterales y otras dos para la zona baja y alta. Esta última puede presentar el abocinado en forma redondeada e incluso, en algunos casos, puede tener un pequeño torna aguas (tornachuvias).
  2. Bufardas horizontales, que están realizadas normalmente a base de dos piezas bien elaboradas; una inferior, que forma la base y los laterales y otra que forma la parte superior y cuyo aspecto es como el de un buzón.

 

Ilustración nº 3. Esquema de una bufarda con apertura vertical y abocinada

 

A veces aparecen bufardas monolíticas, que tienen un gran interés por su singularidad y elaboración muy cuidada. Suelen ser frecuentes en las edificaciones realizadas con piedra pizarrosa (xisto).

Otro tipo de bufarda, muy poco habitual, son las redondeadas, llamadas óculos, que pueden ser redondas, ovales, octogonales, poligonales, e incluso, en algún caso, tener forma de rosetón, como es el caso de Casa de Galegos (Eidian).

En la zona del Ulla hemos encontrado una curiosa bufarda monolítica en forma de S tumbada.

Según varios autores, en algunas casas solariegas y pazos, las bufardas verticales de los muros exteriores, tenían una misión defensiva, sirviendo como troneras; tal es el caso de la Casa Grande de Eidian (Pazo de Eidian).

 

Fotografías: Bufardas de Marmancón (Papoi) (fotos 1-8); Covas (Fotos

9-17); O Freixo (As Pontes) (fotos 18-22); Grañas del Sor (foto 23); Serantes

(fotos 24 a 28); A Golada fotos (29 a 37); Moeche (fotos 38 y 39);

Sigueiro (foto 40); San Sadurniño (foto 41); y Mandia (foto 42).

 

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