Memoria oral de la pesca en Prior (I)

18/11/2022, Ernesto López Naveiras

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Introducción

En este trabajo se trata de recoger para su divulgación la cultura, experiencias y tradiciones que los pescadores de la costa del cabo Prior, situada al norte de gran Golfo Ártabro1, vivieron a lo largo de su vida, dedicados, en un principio, a la explotación agrícola de la tierra, que compatibilizaban con la pesca que realizaban para consumo propio, dentro de un contexto próximo a una economía de subsistencia, y más tarde como profesionales del mar, dedicados a la pesca de marisco y peces de la costa, que les permitió mejorar su economía y aspirar a metas con futuro para su familia.

No fue tarea fácil; la Costa de Prior es agreste con enormes y verticales cantiles y difícil por estar batida por los vientos y olas que de forma continua, rompen en ella, viniendo desde la línea del horizonte del inmenso mar. Los cambios de tiempo, en cualquier época del año, se producen con gran rapidez, convirtiéndose en las famosas galernas del Cantábrico en las que el mar comienza a agitarse y el viento a soplar con fuerza en breves espacios de tiempo. El pescador sabe que en la costa apenas hay refugios que le permitan capear los temporales; solo la previsión y la experiencia pondrán a salvo sus frágiles chalanas y sus vidas. Cada jornada de pesca es una incierta aventura que a todos preocupa; por ello, son gente recia, de carácter fuerte, capaces de leer el tiempo que se avecina en las nubes, mar y viento, y de orientarse en los días de niebla con una simple brújula como único instrumento que alguna chalana llevaba.

 

Chalanas varadas en el Porto
Chalanas varadas en el Porto

Este trabajo se realiza en Cobas en setiembre del 2012 y para un mejor entendimiento, se estructura en cuatro apartados: uno de introducción al entorno físico de la costa del Cabo Prior, y los otros dos a recoger la información

que sobre las formas de vida de los vecinos de los pequeños núcleos de población del entorno del Cabo Prior y de la pesca que practicaron durante toda su vida Benito López Díaz, nacido en 1926, que en sus primeros años de juventud alternó el campo con la pesca y Ángel del Rio Vargas (Xelo), nacido en 1938, que comenzó a trabajar en el mar como chalanero a los 12 años, quienes comentaron también los recuerdos que conservan de las generaciones que les precedieron, recibidos por transmisión oral. Mientras los hermanos José y Juan López Hermida, hijos de Benito, y el cámara, que era yo, vamos haciendo preguntas y aclarando aquello que considerábamos interesante, siempre con la cámara de vídeo por medio.

 

1. Prior, entorno físico y sociedad

Cabo Prior con su costa agreste batida por el mar y el viento, delimita por el norte el Golfo Ártabro; en su ladera, que se extiende hacía el interior, se encuentran las entidades de población que forman la parroquia rural de San Martín de Cobas, en la que se encuentran lugares tan singulares como las playas de Santa Comba y Ponzos, la Ermita de Santa Comba, las instalaciones militares de Prior, la Iglesia Parroquial bajo la advocación de San Martín, los dos pequeños lugares de abrigo de la costa, A Cova y O Porto, y el Faro de Prior. El monte bajo que cubre las vertientes del alto en que se ubica el faro y la costa, junto con los muchos caminos transitables de que dispone el lugar, así como los innumerables miradores, que ofrecen una visión del mar, costa y Golfo Ártabro pocas veces superable, hacen de este entorno un lugar único en el que la naturaleza está siempre presente, a veces en la placidez de un mar que el sol inunda de hermosos colores, desde la agreste costa hasta el lejano horizonte y, otras, mostrando las fuerzas con las que la naturaleza dotó al mar y aire para manifestarse en los días de temporal llenando de espuma blanca la costa.  Cobas según el INE tenía en enero del año 2018 una población de 889 habitantes, perteneciendo al Ayuntamiento de Ferrol. Dista de la ciudad por carretera 15 Kilómetros. No existen en el entorno industrias que ofrezcan empleo, salvo pequeñas industrias familiares como bares, comercios varios, restaurantes, etc., además de una importante Cetárea con restaurante. Tampoco existen explotaciones de tipo agrícola o ganadero, que, al igual que ocurrió en el rural gallego, han desaparecido. La dependencia del entorno industrial de Ferrol, astilleros, industrias y Marina, es total; incluso la pesca y marisqueo en plan profesional es ejercida por unos seis pescadores, siendo numerosos los aficionados que se acercan a la Costa de Prior. Ha sido notable el crecimiento que experimentó la segunda vivienda en la zona, con familias procedentes de Ferrol y comarca. Los índices poblacionales vienen experimentando un descenso continuo desde el año 2003.

Un aspecto muy importante, que siempre se debe señalar cuando se habla de Cobas, es la importante labor cultural que se realiza desde la Asociación Cultural Columba2. Los trabajos que desde hace años se vienen realizando para recuperar y divulgar el pasado de Cobas, sus tradiciones y cuanto puede haber de interés en la costa y pueblos de Prior, utilizando para ello la Revista Cultural Columba que con tanto esfuerzo se edita anualmente. Por la labor que se realiza es digno señalarlo y pedir que se apoye por los vecinos e instituciones.

Las entidades de población que forman parte de la parroquia son:

Próximas a la costa.-

O Porto
O Prioiro
A Aldea
A Pedreira
Covarradeiras

 

2. Lo que relató Benito López Díaz

Tenía Benito en el momento en que nos cuenta lo que a continuación se recoge, 86 años. Su imagen se corresponde con la de un hombre tranquilo, de carácter amable, que sonríe al mirar y responde a las preguntas que le hacemos con total seguridad y con un gesto propio del hombre que se esfuerza en rebuscar en su memoria los recuerdos con los que puede dar respuesta a nuestras preguntas. El ambiente es familiar, la expectación, por mi parte, enorme, por la incertidumbre del resultado que se podía obtener; por razón de la dificultad en la formulación de las preguntas que nos podían facilitar el conocimiento de una historia de vida transcurrida a lo largo de muchos años en la costa de Cabo Prior.

La vida, en su transcurrir, depara muchas veces acontecimientos que nos hacen sentir un enorme pesar, en el que se sumergen muchos pensamientos y no pocos sentimientos. Un vació, solo posible de llenar con recuerdos, se abrió el 26 de enero de 2019, con el fallecimiento de Benito. Hoy al escribir aquello que un día nos contó, vuelve a estar entre nosotros y el recuerdo de sus vivencias por la Costa de Prior llena el vacío que su marcha nos dejó.

Benito López Díaz
Benito López Díaz

Pregunta: ¿Estaba Cobas en el pasado bien comunicada?.

Respuesta: Era normal, y así lo comenta Benito, que las familias estuvieran ampliamente emparentadas, como consecuencia de que la movilidad de la población era mínima en la Costa de Prior. La población, que se agrupaba en pequeños núcleos urbanos diseminados por el entorno, desarrolla fuertes vínculos sociales y económicos que van a prevalecer a lo largo de los años, al igual que ocurre en el resto de las parroquias de Galicia. Las vías de comunicación existentes en las épocas anteriores a las que se refiere este trabajo, no favorecían el desplazamiento de los vecinos y la carencia de transporte público aumentaba el aislamiento con los núcleos de población más importantes. Esto lo comentaba Benito diciendo que en tiempos de su abuelo había gente en Cobas que no conocía Ferrol y, para más detalles, el árbol genealógico de su familia, que se remonta al siglo XVI, está formado por gentes oriundas de Cobas y de sus entornos próximos. También la emigración a América y, más tarde, a Europa, tuvo en Cobas muy poca importancia, no ocurriendo lo mismo con la posibilidad de embarcarse en la marina mercante, a donde fueron bastantes vecinos de la zona. Estas condiciones limitaban las relaciones fuera de los entornos próximos y favorecían la unión de las familias por el casamiento entre sus hijos. 

 

Pregunta: ¿Había escuela en Cobas?

Respuesta: Cuando Benito era niño había dos escuelas nacionales en Cobas, una de niñas y otra de niños. Recuerda el nombre del profesor D. Tomás Serantes (1934) y de la maestra Dña. Manuela (1933). Era frecuente, con este profesor, la realización de excursiones por los lugares de la costa y la participación en las fiestas del Árbol que se celebraban en los pueblos cercanos.

 

Pregunta: ¿De qué vivía la gente en Cobas cuando eras pequeño?.-

Respuesta. En Cobas, antes de los años cuarenta, había dos formas diferentes en la forma de ganarse la vida. Los vecinos cercanos a la costa tenían una economía más precaria, por ser las tierras de peor calidad y estar afectadas por los vientos del mar. El trabajo de la tierra era el principal recurso en la economía doméstica, que se acompañaba con la posesión de algún ganado, mientras que el recurso de la pesca en la costa no aportada ingresos, ya que se solía pescar los domingos para consumo familiar.

En la parte alta de Cobas, la más alejada del mar, la situación difería, al ser las tierras de mejor calidad y, por ello, las cosechas eran más productivas y con ello se conseguían los recursos necesarios para alimentar la familia y crear excedentes que se comercializaban; también la ganadería formaba parte de la economía familiar, estando la pesca totalmente excluida, por no ser practicada por los vecinos de esta zona, ni para consumo en familia. Los vecinos de la costa, que vivían en un número reducido de casas, en tiempos de sus abuelos y bisabuelos, comenta Benito que en algunas épocas llegaron a pasar hambre.

Cuando llegan los años posteriores al cuarenta y nueve, la situación cambia al empezar los vecinos de la zona de la costa a practicar una pesca extractiva de marisco y pescado con fines comerciales, cuya venta se realiza en los mercados de Ferrol y Coruña, e incluso con la venta entre los vecinos de Cobas y familias que venían a pasar el verano.

Establecida esta actividad relacionada con la pesca, entre los vecinos de Cobas de la zona próxima al mar, se produce un importante cambio en su economía familiar consiguiendo con ello los recursos necesarios para mejorar su patrimonio y calidad de vida, superando los estándares económicos de los vecinos de la zona alejada de la costa.

 

Pregunta: ¿Había en Cobas vecinos que tuvieran ganado en aparcería?

Respuesta: En Cobas muy pocos vecinos tenían vacas en aparcería (vaca posta), había muchos más por Mandiá. Benito conoció a un vecino de este pueblo que tenía doce “vacas postas”. Cuando una vaca posta tenía una cría, esta se llevaba a la feria y se vendía, correspondiendo al que cuidaba la vaca la mitad de lo conseguido en la venta, y al dueño de la vaca la otra mitad. También el cuidador de la vaca se beneficiaba de la leche y del trabajo que con la vaca hacía, procurando en todo momento cuidar bien a la vaca para que no se la quitaran. Si la vaca se compraba en una cantidad determinada, el valor de la vaca no podía bajar y si por alguna razón la vaca se vendía el cuidador estaba obligado a pagar la diferencia entre el precio de compra y el de venta, al igual que, si moría, tenía la obligación de pagarle al dueño lo que la vaca había costado.

 

Pregunta: ¿Cómo se divertía la juventud de Cobas? ¿había bailes?

Respuesta: El padre de Benito contaba que en Soagraña había una pequeña casa en la que se realizan bailes con gaita y organillo, que venía de Ferrol; a este baile venían de todos los pueblos de los alrededores. A partir del año 1946, se abre un salón de baile en Cobas y otro en Esmelle a los que acude la juventud de la zona.

La romería de Santa Comba, que se celebraba el 31 de diciembre en la ermita dedicada a la santa, que está en el islote de A Illa do Medio, solo accesible a pie con marea baja, era el lugar en el que con motivo de la celebración se reunían los vecinos. En el año 1925, se cambia la fecha de la celebración de la romería al último domingo de agosto. Otra fiesta que se celebraba en Cobas era el día del patrón, San Martiño, que se celebra el once de noviembre.

 

Pregunta: ¿Siempre hubo embarcaciones en la costa de Prior?

Respuesta. Antes de la Guerra Civil ya había algunas chalanas y bucetas, en ellas iban a pescar por el Faro con la vara (caña) y también se cogía algún marisco, solían salir a pescar los domingos y la pesca era utilizada para consumo familiar. Las embarcaciones pertenecían a cuatro o cinco hombres que formaban una “compañía”, con el fin de ayudarse, cuando salían a pescar, en las labores de echar al mar las chalanas y luego vararlas en tierra, ya que, por no disponer de fondeadero seguro, en caso de temporal, se optaba por vararlas al terminar la pesca. Algunas compañías disponían de una caseta en el lugar en que varaban la lancha en donde se resguardaban de la lluvia y guardaban los pertrechos del barco y la pesca.

La chalana3 es una embarcación utilizada en Galicia para la pesca artesanal, en las rías y la costa. Era construida por carpinteros de ribera que siempre le daban, en su construcción, alguna característica propia que solía diferenciarlas del resto. En el caso de Cobas tenía la proa alta, para navegar en un mar con olas, su eslora daba cabida a dos hombres remando, con posibilidad de utilizar dos remos cada marinero, por lo que llevaba dos bancos y corredores por las bandas, proa y popa. El fondo era plano para facilitar el acceso a las playas y navegar por lugares de poca profundidad y eran bastante estables en el mar. No eran aptas para navegar con vela.

La buceta es una embarcación simétrica, de doble proa, con quilla, de un tamaño mayor que la chalana y admitía vela para navegar, si bien en Cobas no utilizaban la vela. Como barco, era más adecuado para navegar en cualquier tipo de mar, siempre que la profundidad se lo permitiera; también podía ser propulsada a remos, pero era menos apropiada que la chalana para trabajar entre las piedras de la costa.

 

Pregunta: ¿Se podía vivir bien trabajando la tierra y pescando en el mar?

Respuesta: La contestación es que se podía vivir muy bien, si bien el trabajo era duro y no exento de riesgo. Benito no siempre se dedicó a trabajar en la tierra y el mar, también en alguna ocasión trabajo en otras actividades, pero como la pesca le daba mejores resultados económicos, cuando la dejó, pronto volvió a dedicarse a ella. Pone un ejemplo muy ilustrativo: iba a coger percebes y su mujer salía a venderlos por la mañana terminando los que llevaba y por la tarde volvía con más, consiguiendo vender todo el percebe que su marido cogía entre la gente que estaba de vacaciones en Cobas.

 

Pregunta: ¿Dónde se vendía el pescado y marisco que capturaban?

Respuesta: Dependiendo de la época del año los mercados a los cuales acudían, normalmente las mujeres de los pescadores, eran el de Ferrol todo el año, vendiendo también por las calles, y en época estival, fines de semana y festivos se realizaba una gran venta entre la colectividad que se encontraba de vacaciones en Cobas o tenía aquí la segunda vivienda. Cuando la venta en Ferrol no cubría la totalidad de lo que llevaban al mercado, o los precios de venta eran demasiado bajos, regresaban con su mercancía a Cobas e intentaban vender aquí lo que les había quedado. Entonces no había neveras, ni cámaras de frio para conservar la pesca, por lo que o se vendía o se tiraba.

 

Pregunta: ¿Cómo se iba a Ferrol desde Cobas para vender la pesca?

Respuesta: Antiguamente, se iba a Ferrol a píe. En años anteriores a la Guerra Civil, hubo servicio para transporte de mercancías y personas, pero con motivo de la contienda los coches fueron requisados y utilizados para otros servicios; cuando la guerra termina, los coches están inservibles y no pudieron ser utilizados para el servicio que realizaban. El servicio de transporte a Ferrol se reanuda en marzo de 1950.

 

Pregunta: ¿Qué peces y mariscos se vendían y cómo se capturaban?

Respuesta: Los peces que pescaban los pescadores de Cobas eran principalmente lubinas, sargos, cabras, congrios y calamares, peces de costa muy batida por el mar. La captura de marisco era posiblemente lo que más interés despertaba entre los pescadores, siendo este marisco: percebes, nécoras, langostas, lubrigantes y centollas. La captura de los peces se realizaba desde la chalana, utilizando líneas específicas para cada una de las especies a pescar y para otras la saranda, el palangre y el trasmallo. Los mariscos se cogían, si eran percebes, con una rapa y un truel, despegándolos de las rocas y más adelante con el gancho; las nécoras y las centollas comenzaron a pescarse con nasas abiertas y, más tarde, con las cerradas, hasta que apareció el espejo, copiando de otros marineros foráneos.

 

Pregunta: ¿Cuándo se salía para la pesca?

Respuesta: Para salir a pescar había que tener en cuenta el estado del mar y las mareas; las condiciones optimas normalmente estaban, con buen tiempo, en salir después de que la marea empezara a bajar, para estar en los lugares de pesca con la marea a mitad del ciclo de bajada. También, dependiendo del tipo de pesca a realizar, los horarios de salida cambiaban, por ejemplo: los percebes se cogían siempre con marea baja, cuando las piedras quedan al descubierto y se podía acceder mejor. Para otro tipo de pesca, era normal salir a las siete de la tarde y regresar a las cuatro de la mañana, por ejemplo: cuando se utilizaban nasas para la pesca de nécoras y centollos. Desembarcada la captura de la noche, las mujeres la recogían en la costa y la llevaban al primer coche que salía hacia Ferrol, y regresaban una vez realizada la venta.

 

Pregunta: ¿Cómo y cuándo evoluciono la forma de pescar en Cobas?

Respuesta: Si bien en Cobas la pesca la realizaban los vecinos de la costa desde tiempos inmemoriales, en principio para consumo propio, a medida que establecieron contacto con otros marineros procedentes de las rías de Ares, Coruña y Ferrol y de otros pueblos de la costa como los de Malpica, Cariño, Cedeira y Ortigueira, y vieron la posibilidad de dedicarse a la pesca profesionalmente como medio de vida, evolucionaron en la forma de pescar y adoptaron, en algunos tipos de pesca, las nuevas artes con las que pescaban aquellos pescadores que venían de fuera a la Costa de Prior.

En los años cincuenta los marineros de las rías del golfo Ártabro, y de los pueblos de la costa del Cantábrico, incluida Asturias, tienen la necesidad de ampliar sus caladeros de pesca por el importante aumento que se produce en el consumo de algunas especies que se comercializan en los mercados de las grandes ciudades y, además, se produce un cambio en los hábitos culinarios con la incorporación de los mariscos a la mesa. El crecimiento de la demanda y el aumento de los precios, hace que los marineros de las rías y de la costa se desplacen a la Costa de Prior por ser un lugar en el que había mucha pesca y no estaba explotada.

 

Pregunta: ¿Cómo se hacía el reparto del producto de la pesca entre los marineros?

Respuesta: En Cobas las modalidades de asociación para la pescar fueron evolucionando a medida que crecía el número de vecinos que se dedicaban a la pesca. En principio fue la “compañía” que, formada por varios pescadores, disponían de chalana y caseta en la costa, y, como lo capturado en la pesca era para consumo propio, el reparto se hacía de común acuerdo. Otra modalidad que funciono cuando la pesca se profesionalizo, como medio de vida, fue la formada por dos marineros, que podían tener una sola chalana o dos, y también una caseta en la costa. Cuando tenían una sola chalana, a veces, ante unas condiciones meteorológicas con vientos fuertes y mar del sur o del norte, dependiendo de donde soplara, se buscaba el abrigo del cabo y se iba a pescar a la zona no afectada por el viento, lo que obligaba a coger la chalana en un carro y transportarla a la zona protegida. Para evitar estos desplazamientos de la chalana de un lado al otro del cabo, se tenían dos chalanas varadas en tierra y situadas una a cada lado del cabo. El reparto de las ganancias en esta modalidad, se hacía al cincuenta por ciento. Una modalidad que también tuvo mucha importancia fue la utilización de un barco que podía llevar en su cubierta hasta doce chalanas e incluso algunas más a remolque. Este barco permitía ampliar los lugares a los cuales iban a cogerse los percebes y acceder a piedras y cantiles lejanos, que, a remos, era imposible, por la distancia, e incluso peligroso el ir a pescar a ellas, por el riesgo de que se produjese un cambio de tiempo rápido. El barco llevaba su tripulación y luego las chalanas podían llevar un “chalanero”, marinero que remaba y quedaba en la chalana, y otro marinero o varios, llamados “colledores”, que eran los que bajaban a la piedra y cogían los percebes. Si llevaba un solo marinero, el chalanero lo llevaba a la piedra en donde cogía los percebes y esperaba por él. Cuando iban varios marineros y un chalanero, este los iba dejando por las piedras y, pasado un tiempo, iba a recogerlos, modalidad que era muy peligrosa y causó víctimas entre los pescadores.

El reparto de la ganancia se hacía de la siguiente forma: el barco se llevaba la mitad de lo obtenido en la venta de lo capturado, y los marineros de las chalanas la otra mitad, que se repartía a partes iguales entre ellos. De la mitad que le tocaba al barco, sacaba el dueño un quince por ciento para los chalaneros, que luego se añadía a la mitad del total que recibían los marineros y se repartía a partes iguales entre todos ellos, chalaneros y colledores. Con el barco, la venta podía hacerse en cualquiera de los principales puertos del golfo Ártabro, lo que garantizaba mejores precios y la venta de todo lo capturado. El barco, una vez terminada la venta, se atracaba en Ferrol o cualquier otro puerto de las rías, en donde quedaba al abrigo de los temporales hasta la siguiente jornada de pesca.

 

Pregunta: ¿Cómo predecían los marineros el tiempo que iba a hacer en el mar?

Respuesta: No tenían ningún medio para predecirlo; solo la experiencia y la observación del horizonte, cielo, mar y viento, les permitían averiguar a qué lado del cabo podrían pescar y cuánto se podían alejar de los lugares de abrigo. De todas formas, es necesario decir que eran marineros que sabían leer en el cielo y el mar, y escuchando el viento predecían la futura situación del mar. Por ser una costa agreste y sin muchos lugares de abrigo, cuando el viento y el mar se ponían bravos, el peligro era inminente ya que eran embarcaciones pesadas, movidas solamente a remos, lentas, de difícil manejo en un mar embravecido y normalmente cargadas con la pesca. El hecho de que los chalaneros nunca utilizaron la vela para mover sus pesadas chalanas, solo los remos, incluso con condiciones favorables, es indicio de la dificultad de navegar por la costa de Prior.

 

Pregunta: ¿Recuerdas algún temporal que pusiera en peligro a los pescadores?

Respuesta: Las galernas del Cantábrico son muy frecuentes en la zona. La galerna de 1965 se presentó de repente y cogió a los marineros de la ría de Ares pescando calamares y tuvieron enormes dificultades para capearla. Las embarcaciones que cogió pescando cerca de A Cova, pudieron resguardarse fondeando en A Cova. Las que cogió al norte del cabo, se abrigaron en O Coido, lugar menos abrigado que A Cova, luchando con el viento y el mar; al no poder varar en tierra las lanchas que tenían, llegaron a hundirse dos, sin desgracias personales e incluso tuvieron que venir coches de la Marina de Ferrol con potentes reflectores para iluminar el lugar en que se encontraban, para ayudarles. Otra historia que nos cuenta, es que siendo muy pequeño, y encontrándose en un prado que tenían, a la orilla del mar, en donde varaban las chalanas, con ellos se encontraban dos marineros de San Jorge y uno de ellos dijo: ¡Mira, mira o que ven por alá fora!; salen corriendo y se embarcan en dos bucetas que tenían en el mar y salieron a vela para dar la vuelta al cabo y ponerse a su abrigo. La gente de Cobas que estaba observando la maniobra y veían el mar y viento que se levantó en un instante, se echaba las manos a la cabeza ante la situación límite que estaban viviendo. Las dos bucetas cruzaron frente al cabo a toda velocidad, impulsadas por un viento terrible, rodeados de olas que rompían en las piedras, y lograron ponerse al abrigo.

 

Pregunta: ¿Qué tal se llevaba la gente de Cobas con los que venían a pescar de otros lugares?

Respuesta: Venían a pescar calamares y también marisco, marineros de Ares, Mugardos y otros puertos, que podían pasar varios días pescando por la Costa de Prior. Solían dormir en el único lugar de la costa que ofrece abrigo al norte del Golfo Ártabro, utilizado desde la antigüedad, y llamado “A Cova”, bajando a tierra para comprar comida y visitar la taberna. La relación con estos pescadores y los de Cobas era buena, intercambiando entre ellos información relacionada con la pesca e incluso realizaban trueques consistentes en cambiar marisco por patatas y otras viandas. Eran, algunos días, tantos los barcos que fondeaban en A Cova, atraídos por la mucha pesca que había, que se podía recorrer toda la superficie de la pequeña ensenada saltando de barco en barco.

 

Pregunta: ¿Se utilizaban redes para pescar en Cobas?

Respuesta: Tan sólo algunos pescadores utilizaban trasmallos para la pesca; el resto no disponía de ningún tipo de red. Lo que si ocurría es que algunas veces venían pescadores de Ares, Sada, Mugardos y otros lugares a pescar con artes de cerco (boliche), de deriva (xeito) e incluso de arrastre (rapeta), que, una vez largado, se recogía desde la playa. La gente de Cobas, en los años treinta, cuando veía que en la playa se estaba largando la red de arrastre, bajaba a la playa y ayudaban en la labor de traer el cope de la red, en donde se metían los peces, a la playa, por lo que recibía una pequeña parte de lo capturado. Comenta Benito, que una vez, siendo pequeño, ayudó a tirar de la red y le dieron un robalo tan grande que para llevarlo a casa no podía con él.

 

Pregunta: ¿Pescaban sardina los pescadores de Cobas?

Respuesta: A Campelo venían las tarrafas de Cedeira, Ares, Pontedeume, Sada, etc. a pescar sardina. Cuando los marineros de Cobas las veían, se acercaban en las chalanas a las tarrafas, llevando unas botellas de caña, y les ayudaban en la pesca. El resultado de esta colaboración solía ser, dependiendo de lo que pescaran, que les regalaran unos cestos de sardina, correspondiendo los de Cobas con la caña que llevaban. La sardina era una buena carnada para las nasas por la mucha grasa que soltaba al sumergirla en el mar, dentro de la nasa; esta razón justificaba el interés de los pescadores de Cobas. Para evitar la picaresca, pues había gente que iba y no era pescador, el patrón de la tarrafa les preguntaba: ¿Aquí que hai, pedra ou área? y dependiendo de que la respuesta fuera acertada, averiguaban si era pescador y, en consecuencia, le daban sardinas o no.

 

Pregunta: ¿Había mucha pesca en la costa de Prior?

Respuesta: Muchísima, había tanta que cuando las algas que el mar traía a la costa se pudrían, desde lo alto del acantilado se podía ver a las maragotas comiendo las algas a cientos. Las expresiones de Benito asegurando que había muchísima pesca, son realmente tan expresivas que confirman que en el mar había una riqueza inmensa en todas las especies. Cuenta que, a veces, iba con su padre a pescar y cogían varias maragotas desde las piedras con la vara, las depositaban en una poza y, al cambiarse de sitio para seguir pescando, volvían a pescar tantas que ya no iban a buscar la que habían dejado en la poza.

 

Pregunta: ¿Comparando la situación de la pesca de los años treinta con la actual, crees que la pesca se acabara?

Respuesta: Con un gesto entre serio y abatido contesta: hoy no hay nada. Antes las maragotas podían cogerse a pedradas y, de tantas centollas que pescábamos, las utilizábamos machacadas para poner su carne como cebo en los anzuelos de las líneas de pesca. Su opinión es clara, la pesca se acabará. Cuenta que, cuando apareció el nailon —antes las redes eran de hilo de algodón—, un cuñado suyo compró tres piezas de trasmallo y fue un día a pescar y cogió tantos peces que en varias semanas ya no volvió.

Una alusión directa a la situación actual de la pesca, que con las nuevas redes de fibras sintéticas, equipos de localización de la pesca, contaminación, sobrepesca por explotación de los recursos marinos sin control, va camino de hacer realidad la afirmación de Benito: la pesca se acabará.

 

3. Lo que nos comentó Ángel del Río Vargas (Xelo).

Después de haber entrevistado a Benito, vamos a escuchar también lo que nos cuenta Ángel, que en el momento de ser entrevistado tiene setenta y cinco años. Siempre se dedicó a la pesca ya que comenzó cuando tenía doce años y nunca dejo este duro oficio hasta su jubilación. Es un hombre campechano, de respuesta rápida, que inspira confianza. Atento a las preguntas que le formula José, va refiriendo la experiencia de su vida en el mar de Prior; sus respuestas nos van aclarando como fue la vida de los hombres de mar que en la mitad del siglo XX empezaron a pescar como profesionales en Cobas. Lo relatado tanto por Benito como por Ángel tiene un valor testimonial enorme, ya que nos muestra cómo se vivía la pesca cuando ellos comenzaron, lo que significa que nos están relatando cómo era en tiempos de sus abuelos y padres, lo que nos lleva a conocer como era la pesca en la Costa de Prior más de cien años atrás ya que la evolución experimentada durante muchos años fue nula, tanto en la forma de pescar, cómo en el destino que se le daba a la pesca capturada. Por haberlos vivido, en primera persona, con dedicación plena a la pesca, nos comentan también cómo y cuándo fueron los cambios que en años posteriores se produjeron en la pesca y que trajeron riqueza para las familias de los pescadores de Cobas.

 

Ángel del Río Vargas
Ángel del Río Vargas. (Xelo)

Pregunta: ¿Cómo fue tu primer día de pesca?

Respuesta: Tenía entonces Ángel doce años de edad (1950). El primer día que fue a pescar en el barcoque llevaba las chalanas, leasignaron el trabajo de chalaneroy fueron a pescar a la costade San Andrés y le dieronsesenta pesetas. Al día siguientefueron a Ortegal donde sacó75 pesetas. Otro día volvierona pescar y le asignaron otra misión,esta vez le dieron un truely la rapa para bajar a las piedrasa coger percebes, y entoncesganó 250 pesetas. Las cantidadesque nos dice Ángel queganaba eran mucho dinero en aquellas épocas, lo que nos indica que había muchopercebe, ya que el precio del marisco y la pesca no era elevado.

 

Pregunta: ¿Cómo aprendieron los pescadores de San Jorge a coger los percebes?

Respuesta: En principio los pescadores de la Costa de Prior iban a coger percebes en sus chalanas para consumo propio y muchos solo en el fin de semana; luego empezaron a cogerlos con fines comerciales. Un saco les llegaba, e iban a venderlos en las cercanías de sus pueblos y a Ferrol, después de cocerlos. Esto recuerda Benito que se lo contaba su abuelo y su padre refiriéndose a principios del siglo XX.

Una vez cogido el percebe se traía para casa y se cocía en la caldera de las vacas, en las casas que tenían vacas y, una vez cocido, era vendido por todos los lugares e incluso en Ferrol, en donde si no iba cocido no lo querían. Es decir hubo una etapa previa a la comercialización en A Coruña, que era donde el mercado demandaba grandes cantidades de percebes y estaban mejor pagados.

La etapa en la que los pescadores de la costa de Prior comienzan a coger percebes en grandes cantidades y a comercializarlos en el mercado de A Coruña, se inicia de la siguiente forma: Los pescadores de Mera vinieron a coger percebes a las Gabeiras, para luego venderlas en A Coruña; los de San Jorge vieron la maniobra de los de Mera, y pronto ellos comenzaron a hacer lo mismo, para lo cual el abuelo de Ángel compro los barcos. Su abuelo tenía dos tarrafas en Pontedeume y un barco más en la Cabana (Ferrol), que eran los puertos de abrigo cuando no estaban pescando; entonces los barcos no tenían ayudas a la navegación, solo alguno llevaba un compás y nada más.

Cada barco llevaba sobre treinta pescadores y, al principio, solo dos chalanas, cada una con un chalanero que repartía a los pescadores por las piedras donde estaban los percebes, lo que conllevaba un enorme riesgo para los hombres, que quedaban solos en las piedras, causando esta práctica algunos accidentes graves que obligaron a modificar el sistema, limitando el número de pescadores de cada chalana a tres hombres.

 

Pregunta: ¿Cómo empezaron a pescar los pescadores de Cobas percebes?

Respuesta: Los pescadores de San Jorge, que aprendieron de los de Mera, venían a Cobas por tierra en grupos de 20 o 30 pescadores y embarcaban en los barcos, que venían de los puertos de abrigo de las rías, para ir a pescar. Viendo como estos pescadores de San Jorge llevaban el tema de la pesca, los pescadores de Cobas comenzaron también a pescar como ellos y a vender en los mismos mercados de Ferrol, Coruña y, por las cercanías de Cobas, a los veraneantes.

 

Pregunta: ¿Fuiste alguna vez a remos a vender a A Coruña?

Respuesta: En el año 1958 fue en una buceta, salió de San Jorge a las doce de la noche a pescar a Campelo, con el gancho —así llaman por la zona de Prior a la utilización de una rapa, una horquilla y un espejo para coger los percebes que estaban cubiertas por el agua—, y, volvieron a San Jorge, de donde luego fueron a vender a Coruña y siempre a remo. Una noche dura cogiendo percebes y un día, entre ir y venir de A Coruña con viento y mar a favor y en contra, más duro aún; tanto que se prometió no volver a hacerlo. El tiempo que se tardaba en ir de Prior a A Coruña, era sobre cinco horas con el mar tranquilo y viento del nordeste, en una chalana a remos. En un barco podía durar la travesía sobre una hora. A veces, si soplaba viento del nordeste, para ir A Coruña ataban la chaqueta del traje de aguas en un remo puesto de pie y, de esta forma, la chaqueta hacía de vela, y así se dejaban ir viento en popa, utilizando un remo como timón, hasta donde podían.

 

Pregunta: ¿Recuerdas alguna marea fabulosa?

Respuesta: Sobre el año cincuenta, el barco que se llamaba Fraciscoa (Raposo) con su tripulación, Ángel aún estaba embarcado, hicieron una marea de 30.000 pts, fue a la costa de abajo, es decir a Camariñas; entonces se empezaba a trabajar en la captura de percebes con el gancho (horquilla, espejo y rapa).

 

Pregunta: ¿Hasta dónde se llegaba cuando se iban a pescar con el barco los percebes?

Respuesta: Dependía del estado de la mar y de donde soplara el viento. Cuando el viento era norte, siempre se tiraba hacia el sur, buscando el abrigo de la costa, y en el caso de soplar del sur se dirigían hacia Cedeira e incluso más allá. En los años cincuenta, los límites de la zona de captura de los percebes se encontraba habitualmente entre Finisterre y San Ciprián de Morás (Burela); entonces el barco en el que solían ir era de vapor, una tonelada de carbón costaba mil pesetas y con ella podían llegar hasta Estaca de Bares. Un día fueron a pescar, pasado Viveiro, a un lugar que se llama Portocelo y allí el mar era un charco, de lo tranquilo que estaba, empezaron a coger percebes y había tantos que cargaron rápidamente el barco; se podía decir que las piedras estaban sin tocar cubiertas de percebes.

 

Pregunta: ¿Porque había tantos percebes en la zona de Viveiro?

Respuesta: Cuenta Ángel que él vio a los pescadores de Moras coger percebes solo para comer, utilizando unas herramientas inadecuadas, por ejemplo: a una hoz le cortaban la mitad de la hoja y la afilaban y así preparada rascaban en la peña para coger el percebe o utilizando una trencha. Se puede asegurar que la cultura de la forma de capturar el percebe, que los de Mera trajeron a las Gabeiras y copiaron los de San Jorge, se fue extendiendo hacía el Cantábrico llevada por los pescadores de la Costa de Prior.

 

Pregunta: ¿Estuviste en alguna piedra en la que los percebes nunca fueran cogidos?

Respuesta: Dice que no, pero en algunas piedras las paredes estaban totalmente cubiertas de percebes de arriba abajo. Recuerda la piedra Esbarrelada que estaba totalmente cubierta, si bien era un lugar muy peligroso al que él no solía ir pues allí hay unos bajos y en ellos se perdió el barco Félix de su abuelo.

 

Pregunta: ¿Cómo se vendían los percebes en A Coruña?

Respuesta: Los percebes se vendían por lotes, no al peso. Se hacían los lotes en el suelo con una cantidad aproximada de percebes cada uno y se ponían en fila. Entonces venía el subastador y subastaba un lote, luego el comprador indicaba el número de lotes que compraba y en razón del número de lotes que se llevaba, pagaba. Recuerda que en el año 1954/57 podían pagar por cada lote sobre 6/8 pesetas. En el año 1957 los primeros percebes que vio vender por kilo fueron los de Nicanor, de San Jorge, cogidos en Punta Negra; a partir de este año, la venta siempre se realizaba al peso.

 

Pregunta: ¿Recuerdas qué Celestino pescaba langosta?

Respuesta: Antes de Celestino venían los de Maniños a pescar con unas nasas grandes. Con esta afirmación confirma que los pescadores de Cobas siempre aprendían observando cómo pescaban los pescadores que venían de otros lugares.

 

Pregunta: ¿Cómo se pasó de las nasas al espejo en la captura de centollas?

Respuesta: Los pescadores de Cobas con sus chalanas para pescar las centollas utilizaban nasas, pequeñas jaulas con un armazón de madera que se cubría con una red de malla muy estrecha que, en la parte superior, llevaba una abertura cilíndrica que permitía la entrada de las centollas, atraídas por un cebo que se colocaba dentro; una vez que entraban en la nasa, ya no podían salir. El cebo solía ser sardina u otro pez muerto, que por efecto del mar se iba deshaciendo dejando un rastro que, al seguirlo las centollas, las llevaba a la nasa en la que localizaban la entrada y se metían por ella para comer el cebo. Las nasas, atadas unas con otras, se echaban al mar, posándose en el fondo con la abertura hacia arriba y, pasado un tiempo, se levantaban y se cogía la pesca. En la pesca con nasas se utilizó primero la nasa abierta y luego la nasa cerrada, la que se comenta arriba era la cerrada.

Más tarde se empezó a utilizar el espejo, herramienta que está formada por un recipiente cilíndrico o cubico con sus caras superior e inferior abiertas; en la cara inferior se pone un cristal y todo el recipiente se sella para que al sumergirlo no entre agua. Sumergido este artilugio en el agua una cuarta más o menos y aplicando el rostro por la parte superior, no sumergida, el pescador puede ver el fondo hasta varios metros con toda nitidez, permitiéndole localizar cualquier pez o marisco que se encuentre en el fondo. Luego con una horquilla formada por varias varillas que se unen a una vara con una longitud apropiada a la profundidad a la que se trabaja, pueden capturarse las centollas, que, con sus lentos movimientos, facilitan su captura.

No cabe la menor duda de que el empleo del espejo en la pesca extractiva de la centolla y otras especies fue un importante avance para los marineros de Cobas. Así nos cuentan nuestros amigos cómo se produjo el conocimiento del espejo por los marineros de la zona de Prior:

Cuando los marineros de Cobas, Celestino y Francisco, se encontraban pescando con las nasas de la centolla observaban que llegaban unos barcos que, alejados de ellos, se ponían a pescar. La curiosidad y la desconfianza les hizo pensar que aquellos barcos estaban realizando un tipo de pesca que ellos no conocían y cada vez que esos barcos llegaban, intentaban acercarse a ellos para ver lo que hacían, cosa que nunca conseguían ya que los barcos, al verlos, se marchaban a otras zonas más lejanas y seguirlos a remo no era posible. Pero un día los cogieron pescando en los Cabalos y no se pudieron escapar; se acercaron, les preguntaron qué estaban haciendo, y les contestaron que pescando centollas; como por aquella zona ellos también tenían las nasas pescando, les preguntaron si las centollas que pescaban no serían las que ellos tenían atrapadas en las nasas. La pregunta requería una contestación adecuada para evitar que se montara una trifulca y así fue que no les quedó a los visitantes más remedio que mostrarles y explicarle como ellos pescaban las centollas, permitiéndoles mirar por el espejo y ver cómo las capturaban. La experiencia fue tan interesante que al llegar a tierra construyó Celestino un espejo con un cristal que quitó de una ventana y colocó en un armazón de madera cuadrado y comenzaron desde entonces a pescar centollas con el espejo aumentando las capturas y rentabilizando, con ello, su dura labor de pescador.

 

Pregunta: ¿Fuiste alguna vez a coger algas para abonar las tierras?

Respuesta: Había veces, dependiendo de la marea, que a las tres de la mañana se iba con un enciño (especie de rastrillo) a recoger las algas que depositaba el mar en tierra. Se amontonaban en lugares accesibles para luego cargarlas en un carro y llevarlas a las tierras para su abono. Otro trabajo, también realizado en Cobas, relacionado con la forma tradicional de abonar las tierra,s para obtener buenas cosechas era la pesca de “patexos”, cangrejos de pequeño tamaño que se encontraban por la costa y que son muy buenos nadadores. Normalmente, estos cangrejos se crían en la arena y en ciertas épocas del año se juntan en enormes cantidades y recorren la costa nadando en bandadas. Los pescadores del puerto de Redes, cuando se iban a preparar las tierras para labrar, al principio de la primavera, iban a pescar patexos a Doniños y lugares cercanos. Ver regresar aquellos barcos cargados hasta la borda con miles de patexos y observar el trasiego de carros tirados por bueyes y vacas que los cargaban en el muelle y los llevaban a las tierras que iban a abonar, era todo un espectáculo. La captura se podía realizar con redes de cerco o de arrastre.

 

Pregunta: ¿Cómo se llevaban la madera de los montes de Cobas?

Respuesta: Para sacar la madera de los montes de Cobas se procedía de la siguiente forma: una vez cortada la madera se transportaba con bueyes y carros hasta la playa, donde había dos gabarras en las que se cargaba y en ellas, a remos, se transportaba hasta un barco fondeado en la ensenada de la playa. Las gabarras las abandonaron en la playa y los temporales se encargaron de sepultarlas en la arena, por eso, dependiendo de las mareas y el mar, a veces pueden verse las cuadernas de las gabarras saliendo de la arena.

 

Pregunta: ¿Cómo se sacaba la arena de las playas para utilizar en la construcción?

Respuesta: Era habitual que la arena de la playa se cargara en grandes gabarras a motor y se la llevaran para la construcción y para chorrear los barcos en Bazán antes de pintarlos. Varaban con marea llena la gabarra en la playa y cuando la marea bajaba quedaba la gabarra en seco y entonces ponían una tabla para poder subir y depositar la arena, que subían en grandes capazos al hombro, que protegían con un molido de trapos, y así, capazo a capazo, llenaban la gabarra hasta el corredor. Cuando el mar subía, la gabarra flotaba y llevaban la arena a los lugares en donde iba a ser utilizada; este sistema de extracción lo realizaban marineros de Maniños. Los marineros de San Jorge impidieron que la extracción de arena continuase, ya que afectaba a la playa. Otro método utilizado fue con la ayuda de una grúa que tenía un cajón en el que se podía cargar un metro cubico de arena. La grúa funcionaba manualmente, por medio de unas poleas y un tambor en el que se enrollaba el cable que sujetaba el cajón que vaciaban en los camiones para llevársela.

 

Pregunta: ¿Qué recuerdas de la galerna del 1961?

Respuesta: La galerna que el 12 de julio de 1961 afectó a todo el Cantábrico causando 83 muertos y hundiendo numerosos barcos, también cogió a Ángel en el mar y así nos contó como la vivió: Estaba el día anterior a la noche pescando con su hermano al palangre congrios en un bote y a las diez de la noche terminaron la carnada, echaron los congrios en la motora que tenían en O porto y, cuando estaban preparándose para salir hacía San Jorge, lo pensaron mejor y se quedaron; con ellos estaban muchos pescadores de las rías que pescaban calamares, cosa de la que luego se arrepintieron. Ángel se quedó a dormir en el mar, y por la noche, sentía batir el mar en Os Cabalos con un estruendo enorme, no consiguiendo dormir en toda la noche. Cuando llegó el día, deciden salir a pesar de lo bravo que estaba el mar, mientras otros pescadores que estaban con ellos decidieron quedarse. Cuando iban por fuera de los Cabalos, para pasar por delante del faro, el mar estaba muy agitado y al llegar a las Castellanas, ve romper el mar en la piedra de fuera, con una enorme ola, que si los llega a coger cerca los hubiera hundido. Miró entonces para A Cova y pensó lo mucho que le gustaría estar allí. Vieron dos chalanas que iban a la playa de San Jorge y deciden que si ellas van, también ellos podían ir. El mar venía de todas las direcciones, al igual que el viento, enfilaron la playa de San Jorge dispuestos a varar como fuera y lo consiguieron.

Continuar leyendo el artículo: Memoria oral de la pesca en Prior (II)

 

Autor:
Ernesto López Naveiras

 

Notas

1. López Naveiras, Ernesto: “El día en que conocí el golfo Ártabro”, en Revista Cultural Columba nº18 (2018), página 106.

2. Página WEB de la Asociación Cultural Columba: https://www.sociedadecolumba.com/publicaciones

3. López Hermida, José, “La chalana” en Revista Cultural Columba nº-11-(2011), , página 68.

 

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